|
Sanatorio Doctor Hoffmann, en Kierling, Austria, en 1924. Para que Dora no viera la lucha de Kafka con la muerte, la mandaron a dejar una carta, pero Dora volvió pronto, jadeante, con flores que acababa de comprar. Dora sostuvo las flores sobre su nariz: "Franz, mira que lindas flores, ¡huele! Y el moribundo, que parecía ya inconsciente, se irgió y olió las flores. Inconcebible! Y aún más increíble aún, abrió su ojo izquierdo, que brillaba", escribe Willy Haas, amigo de Kafka. Detrás del balcón del segundo piso, a la derecha, estaba la habitación de Franz Kafka, donde murió el 3 de julio de 1924.
|
|